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Más que curiosidades, 5 rarezas en el cockpit

07 Agosto 2023  11:06 AM

* Hay carreras que guardan momentos icónicos en la Formula 1 moderna, situaciones que involucraron la línea de pits y que se recuerdan más que los triunfos; aquí listamos cinco de ellos.

Existen ciertos pasajes en la Fórmula 1 moderna que, además de curiosos, llenan de sorpresa a los fanáticos. No se trata sólo de situaciones atípicas, sino de incidentes impensables en una organización meticulosa como la que se vive en un deporte tan exacto y organizado.

Son instantes que a veces tocan lo humorístico, lo espeluznante y lo raro. Situaciones que hoy sirven para el anecdotario, y de las cuales rescatamos cinco estampas.

Manejar sin volante. Kimi Räikkönen, GP Azerbaiyán, 2017

Bakú representa retos y en la edición de 2017 parecía juntar todos en la misma carrera. Banderas amarillas, roja, choques entre coequiperos y un auto que se preparaba para dejar los pits, sin tener volante.

Luego de una bandera roja que Ferrari aprovechó para reparar el auto de Kimi Räikkönen, el tiempo parecía comerse a la Scuderia, que sacó del garaje al monoplaza de manera apresurada.

Kimi, de quien podríamos contar una docena de anécdotas de este tipo, agitaba los brazos dentro del cockpit, mientras era empujado a la línea de pits, para salir al reinicio del Gran Premio.

De pronto, el radio del equipo italiano nos mostraba la foto completa al reproducir la voz del finlandés: “Denme mis guantes y el volante. ¡Guantes! ¡Mark, guantes! ¡Volante! ¡Guantes y volante, sí! ¡Hey, hey! ¡El volante! ¡Alguien dígale que me dé el volante! ¡Vamos, muévanse!”, gritaba Kimi.

Los guantes y el volante llegaron a tiempo. Lastimosamente, tuvo un contacto con Valtteri Bottas, y abandonó en la vuelta 46, de 51.

¿Dónde están los neumáticos? Esteban Tuero, GP Argentina, 1998

Tener 19 años, ser firmado por un equipo de Formula 1 y correr el Gran Premio de casa parece un sueño infantil, sin embargo, era realidad para Esteban Tuero, quien se encontraba en su tercera carrera, frente a sus compatriotas, a bordo de un Minardi.

Sin embargo, el argentino jamás pensó en pasar a la historia como el protagonista de una de las peores paradas de todos los tiempos. Era la vuelta 37, Mika Häkkinen lideraba sobre Michael Schumacher y el argentino entró a pits para recarga de combustible y llantas nuevas.

Al momento de ubicarse en su pit comenzó el caos, un alboroto que rayaba en lo absurdo. La manguera de combustible no fue bien colocada y los neumáticos estaban en lugares que no correspondían a la rueda en la cual se montarían. Conforme los mecánicos descubrían las fallas, las corregían, llevando la llanta correcta a su rueda, pero en ese alboroto transcurrieron más de 40 segundos.

Cuando se pensaba que Esteban podría salir por sus propios medios a la pista, se dieron cuenta que el auto necesitaba un empujón. El sueño de Tuero se convirtió en pesadilla y finalmente se retiró en la vuelta 63, de 72.

¡En fuego! Eddie Irvine, GP Bélgica, 1995

El multicolorido Jordan impulsado por Peugeot se encontraba en el Top 10 en el complicado Spa-Francorchamps. Eddie Irvine rodaba a la caza de Johnny Herbert, quien se ubicaba en sexto. El irlandés recortaba distancia, pero los neumáticos dejaban de tener agarre y la parada en pits era obligada.

Irvine llevó el Jordan a pits, cambió los cuatro neumáticos y cargó combustible en lo que parecía una detención normal, pero, ya que le había sido retirada la manguera de la gasolina y el irlandés aceleró, salió un último chisguete directo a la carrocería, lo que inició un infierno en el auto #15.

Las flamas cubrieron por completo el Jordan e Irvine frenó de inmediato para que los mecánicos pudieran controlar el fuego, todo, en menos de seis segundos. “Ví las flamas y pensé, ‘carajo, esto se incendia’”, diría Irvine tras el atípico incidente.

Llanta sin control. Mark Webber, GP Alemania, 2013

El australiano Mark Webber entraba a pits como líder de la carrera. Los mecánicos de Red Bull Racing, famosos por sus detenciones veloces y precisas, cometieron un error al no apretar la tuerca de la rueda trasera derecha correctamente.

Cuando Mark aceleró y tomó el carril de pits, la llanta salió disparada hacia el frente. Mecánicos de otros equipos lograron esquivarla, pero no Paul Allen, camarógrafo de la serie, quien estaba de espaldas y fue impactado por el neumático de casi 20 kilos (sin contar la velocidad).

Paul cayó al suelo, tuvo fractura de clavícula y costillas y fue auxiliado de inmediato por los servicios médicos; mientras que Mark se quedaba en tres ruedas. El australiano pudo sobreponerse y regresó a la competencia para cerrar en séptimo, en un Gran Premio que ganó el local Sebastian Vettel, su coequipero en Red Bull. 

Ring… ring… Robert Kubica, GP Baréin, 2010

Estamos acostumbrados a que los pilotos se comuniquen con su equipo en el momento que lo deseen. Pero esas comunicaciones se realizan por el radio oficial, no por un teléfono celular.

Durante la Práctica Libre 3 del Gran Premio de Baréin, el polaco Robert Kubica, entonces en el Renault F1 Team, dijo a su equipo: “Tengo un teléfono en mi cockpit… alguien dejó un celular en mi habitáculo. ¿Qué debo hacer? ¿Aventarlo o entrar (a pits)?”.

Su ingeniero, manteniendo la compostura, sólo dijo: “Entendido Robert, a los pits ahora”, a lo que Kubica respondió: “Sólo me pararé al lado del garaje, les doy el teléfono y me sigo, ¿entendido?”, y así lo hizo. 

Momentos como éstos son los que a veces recordamos más sobre las carreras, incluso más que los ganadores de esos Grandes Premios.