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De tal palo tal astilla: padres e hijos en Formula 1

18 Junio 2023  09:12 PM

* Tener el talento para llegar a Formula 1 podría ser genético, y estos 16 padres son la muestra de ello.

“Llevo la velocidad en la sangre” es una de las frases más escuchadas en el automovilismo deportivo, pero para estos hijos de campeones y estrellas, es más que un refrán, es una verdad absoluta… una realidad que los llevó a seguir los pasos de sus padres y ser parte de la parrilla más selecta del deporte motor: la Formula 1.

Si entrar a la máxima categoría es una auténtica hazaña debido a lo limitado de los asientos (solamente 20 autos en parrilla) imaginen lo difícil que resulta que la dupla ‘padre e hijo’ lo consiga. 

Sin embargo no ha sido un hecho aislado, pues 16 pilotos de Formula 1 han tenido a uno de sus hijos en al menos un Gran Premio. Incluso existe un piloto que tuvo a dos de sus herederos en la categoría.

Es de muchos conocidos las historias de Michael y Mick Schumacher; de Jos y Max Verstappen y de Jan y Kevin Magnussen, al tratarse de segunda generación en activo, sin embargo, la Formula 1 ha tenido padres e hijos desde sus primeros años.

Mario y Michael Andrett

Mario es quizá el piloto estadounidense más famoso en el mundo (a pesar de nacer en Italia). Participó en 128 Grandes Premios, tuvo 12 victorias y se proclamó campeón en 1978.

Su hijo Michael, gran figura en el automovilismo estadounidense, no tuvo fortuna como piloto en la máxima categoría y sólo compitió en 13 carreras, como coequipero de Ayrton Senna. Al menos pudo conseguir un podium, importante para él al ser Italia, pero debido a sus pobres resultados fue reemplazado por un jovencito finlandés, llamado Mika Häkkinen.

Jack y Gary (y David) Brabham

Ya mencionamos que hubo un piloto que no sólo dio a uno de sus hijos a la Formula 1, sino a dos. El legendario Jack Brabham tuvo una larga carrera en la serie, de 1955 a 1970, y consiguió tres títulos mundiales (1959, 1960, 1966).

Su apellido se convirtió en leyenda, no sólo por lo hecho como piloto, sino por fundar el equipo Brabham, con el cual consiguió dos campeonatos mundiales de constructores (1966 y 1967) y cuatro de pilotos (1966, 1967, 1981 y 1983). Es el único piloto en conseguir el título mundial en un auto de su propiedad.

No contento con conseguir esas marcas, pasó a la historia como el único piloto-padre de dos hijos en la serie: Gary, quien corrió en dos GPs en 1990; y David, quien participó en 24, de 1990 a 1994. Tristemente no tuvieron resultados brillantes.

Wilson y Christian Fittipaldi

Wilson es más recordado por ser hermano del legendario Emerson, sin embargo el brasileño tuvo una carrera de 35 Grandes Premios, entre 1972 y 1982. Su mejor resultado fue un quinto puesto, en Alemania, en 1973.

Su hijo Christian, gran figura en Estados Unidos, fue piloto de Minardi y Footwork, entre 1992 y 1994, superando a su padre, al tener dos cuartos puestos.

Nelson y Nelsinho Piquet

Nelson fue tres veces campeón mundial. Su personalidad brusca (y a veces grosera) le ha impedido tener una mayor base de seguidores, pero sus éxitos, frente a rivales como Ayrton Senna, Alain Prost y Niki Lauda, demuestran que manejo, le sobraba.

El brasileño apoyó con sus contactos y recursos económicos a Nelsinho, quien llegó a debutar con Renault, aunque lamentablemente su carrera en Formula 1 estará ligada al “Crashgate”, que por una orden de equipo benefició a su coequipero Fernando Alonso, en el GP de Singapur de 2008.

Keke y Nico Rosberg

Hablamos de campeones mundiales. Keke fue parte de la parrilla de 1978 a 1986. Sumó 17 podiums y cinco triunfos en 114 carreras arrancadas, y se llevó la corona de 1982, en Williams.

Por eso no extrañó a nadie que su hijo, Nico, debutara con la escudería británica, y estuviera en cuatro campañas, de 2006 a 2009. Sin embargo el alemán encontró el éxito en Mercedes, tras una feroz batalla con su coequipero Lewis Hamilton, a quien pudo vencer en 2016, para coronarse como monarca de la categoría.

Los Rosberg se convirtieron en la segunda dupla de padre-hijo en ser campeones mundiales.

Para muchos expertos, Gilles es uno de los mejores pilotos en la historia de la Formula 1. Sus números no reflejan su talento, pues sólo pudo competir en la serie de 1977 a 1982, cuando falleció en un accidente en Bélgica. Sin embargo, el de Ferrari demostró su rapidez, valentía y velocidad. Su manejo arriesgado y al límite es algo que hoy sigue siendo motivo de admiración.

Jacques cimbró a la F1 en su año debut, cuando terminó como subcampeón en 1996, detrás de su coequipero Damon Hill, y tan sólo una campaña después, aguantó el ataque (literal) de Michael Schumacher para convertirse en campeón mundial para Williams.

Esta pareja de canadiense es tal vez la más talentosa, aunque sus resultados no sean tan deslumbrantes en el papel.

Graham y Damon Hill

Quizá la dupla más famosa de todas. Y no por nada. Si bien tuvimos a binomios campeones mundiales, los Hill dejan la vara muy alta. Graham fue bicampeón mundial de Formula 1 (1962, con BRM y 1968, con Lotus); ganó cinco veces el Gran Premio de Mónaco, por lo cual se ganó el mote de “Mr. Monaco”, y es el único piloto en la historia en conseguir la “Triple Corona” (Mónaco, las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis).

Lastimosamente no pudo ayudar mucho a la carrera de Damon, pues falleció en un accidente de avión cuando su hijo tenía 15 años, lo que demuestra que el joven tenía talento.

Sin la guía de su padre, Damon incursionó en los motores un poco tarde. Debutó en el motociclismo a los 23, y fue hasta los 31 años que llegó a la Formula 1, con el desaparecido equipo Brabham. Gracias a su talento logró un contrato con Williams, con quienes consiguió el título mundial en 1996, para convertirse en la primer dupla padre-hijo en ser campeones mundiales.

A ellos deben sumarse duplas como la de Satoru y Kazuki Nakajima; Jonathan y Jolyon Palmer; Manfred y Markus Winkelhock; Hans y Hans Joachim Stuck; André y Teddy Pilette; y Reg y Tim Parnell, estos últimos son la primera pareja, pues Reg participó en el primer Gran Premio de la historia, Silverstone 1950, mientras que Tim debutó en 1959.

Son ellos quienes demuestran que los padres heredan el talento y el gusto por la velocidad. Una pasión que nos deja claro que esta lista no hará más que crecer, pues ya aparecen en la lista de prospectos, apellidos ya conocidos, pero con distinto origen, como Fittipaldi (por Enzo) y Schumacher (por Ralf).