* Existen varias leyendas en torno a quién la escogió y por qué suena esa canción durante la celebración de cada Gran Premio. Aquí te las contamos.
El Campeonato Mundial FIA de Formula 1 es un deporte de tradiciones: el desfile previo a cada Gran Premio, el que los pilotos se suban a sus autos solo de un lado, el festejo con champaña y muchas más, pero una de las más emblemáticas es el escuchar “La Marcha de los Toreros” de la Ópera Carmen en el pódium de todas las carreras de la categoría.
Luego de que el piloto y el equipo ganador escuchan sus himnos nacionales, comienza la gran celebración entre los tres primeros lugares; se destapa la champaña y comienzan las notas de una ópera que ya es familiar para todos los fanáticos de la Formula 1, aunque no todos conozcan su origen.
Se trata de un fragmento de la ópera Carmen del francés George Bizet (1838-1875), presentada tres meses antes de la muerte del compositor, quien jamás pudo enterarse del éxito de su obra.
El fragmento que escuchamos en cada Gran Premio es “La Marcha de los Toreros” (Les Toreadors) y es sumamente festiva y alegre, lo que sirve para reflejar el sentir de los pilotos en el pódium.
El cómo llegó a la Formula 1 tiene tintes de leyenda y varias teorías. Luego de que la serie lograra la transmisión por televisión en 1978 las cadenas comenzaron a poner distintas canciones en los festejos, como The Chain de Fleetwood Mac, o incluso la Oda a la Alegría (Himno a la Alegría) de la Novena Sinfonía de Beethoven.
Pero a mitad de la década de los 90, comenzaron a escucharse los acordes de “Los Toreros”. Una de las teorías indica que fue el propio Bernie Ecclestone, entonces propietario de la Formula 1, quien escogió la música tras semanas de buscar entre cientos de discos europeos (se dice que aprovechó que no se tendrían que pagar derechos).
Otros indican que fue la Federación Internacional del Automóvil (FIA), pues ya la había utilizado un par de ocasiones en el Campeonato Mundial de Rallies (WRC).
Existe una teoría más. Al buscar canciones con el nombre “Car” (auto, en inglés), se llegó a “Carmen” (car, auto; men, hombres), lo que pareció un gran juego de palabras. Al escucharla, se dieron cuenta que lo habían conseguido.
Así existen muchas historias en torno al origen de Carmen en la parte final de los Grandes Premios, pero lo cierto es que Bizet logró una composición que ha trascendido el tiempo y se coloca como una auténtica obra maestra. Una pieza que todos los pilotos quieren escuchar este 27 de octubre, con botella de champaña en mano, en el Autódromo Hermanos Rodríguez, cuando festejen un pódium en el FORMULA 1 GRAN PREMIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Presentado por Heineken.